Los
efectos físicos de la cocaína incluyen constricción de los
vasos sanguíneos, dilatación de las pupilas y aumento en la temperatura
corporal, frecuencia cardiaca y presión arterial. La duración de los efectos
eufóricos inmediatos de la cocaína (que incluyen hiperestimulación, agudeza
mental y disminución de la fatiga) dependen de la forma de administración.
Cuanto más rápida sea la absorción, más intensa será la euforia pero más breve
será su duración. La euforia puede durar de 15 a 30 minutos si se inhala la
cocaína, y de 5 a 10 minutos si se fuma. Un aumento en el uso de cocaína puede
reducir el período de tiempo de euforia en el usuario y aumentar el riesgo de
adicción.
Algunas de las personas que usan cocaína informan sentir
desasosiego, irritabilidad y ansiedad. Se puede desarrollar tolerancia a la
euforia y muchos son los adictos que informan tratar en vano de conseguir que la
droga les produzca el mismo placer que sintieron la primera vez que la usaron.
Ciertos usuarios aumentan su dosis para intensificar y prolongar los efectos
eufóricos. Así como se puede desarrollar tolerancia a la euforia, hay usuarios
que también pueden volverse más sensibles a los efectos anestésicos y
convulsivos de la cocaína. Este aumento de la sensibilidad puede explicar
algunas de las muertes que ocurren después de consumir dosis aparentemente bajas
de cocaína.
Episodios de uso sostenido y repetido de cocaína, en dosis
cada vez más altas, pueden llevar a un estado creciente de irritabilidad,
desasosiego y paranoia. Esto puede resultar en un período de psicosis paranoica
total en la que el usuario pierde el sentido de la realidad y padece de
alucinaciones auditivas.
Otras complicaciones asociadas con el uso de la
cocaína incluyen alteraciones en el ritmo cardiaco, ataques al corazón o al
cerebro, dolor en el pecho, falla respiratoria, convulsiones, dolor de cabeza y
complicaciones gastrointestinales tales como dolor abdominal y náusea. Ya que la
cocaína tiene la tendencia a disminuir el apetito, muchos usuarios habituales
pueden presentar signos de desnutrición.
Las diferentes maneras de
consumo de la cocaína pueden ocasionar diferentes efectos adversos. Por ejemplo,
la inhalación regular de la cocaína puede llevar a la
pérdida del
sentido del olfato,
sangrados nasales,
problemas para tragar, ronquera y secreción nasal crónica. La
ingestión de cocaína puede causar gangrena intestinal grave debido a la
reducción del flujo sanguíneo al intestino. Las personas que se inyectan cocaína
pueden experimentar una reacción alérgica aguda y al igual que cualquier usuario
de
drogas inyectables, tienen mayor
riesgo de contraer el VIH y otras enfermedades de transmisión sanguínea.